03 diciembre 2011

“RELACIONES DE AMERICA LATINA”

“RELACIONES DE AMERICA LATINA”
CON LOS E. U. A.”

Continuando con las relaciones de los países Latinoamericanos –vs- los E.U.A. que son poco conocidas por sus pueblos, les diré que:

El problema por excelencia de las relaciones Internacionales de la América Latina en el Siglo XX y XXI que estamos iniciando, es la presencia imperial norteamericana. Desde la Guerra Hispanoamericana de 1898 y la conquista de Panamá en 1903, se hizo evidente, ya no solo por los países latinoamericanos de Meso América, sino hasta para los del extremo austral, que los Estados Unidos, tomaban el relevo imperial del Neocolonialismo, en sustitución de un imperio ingles en decadencia.

Más de 100 años llevamos ya en ese proceso y, a la fecha se vislumbra ya, su consolidación, lo que nos obliga a remontarnos al inicio de la segunda mitad del Siglo XX para –comprender como ha evolucionado la relación entre los pueblos latinoamericanos y el norteamericano.

Todo esto se ha estudiado a menudo en forma parcial, o local, desde un punto exclusivamente económico o de la historia de las relaciones internacionales. Por lo tanto cabe el tema a la historia de las ideas, y, concretamente al examen de la imagen que los latinoamericanos tienen o han tenido de los Estados Unidos, así como la opinión que sobre nuestros pueblos, gobiernos y problemas, han manifestado paralelamente los norteamericanos.

Este tema es tan basto como complejo, por lo que éstos apuntes constituyen un mero ensayo que procura, eso sí, acotar las fronteras de un territorio intelectual que debe ser analizado, y presentado a modo de hipótesis, un planteo sobre sus líneas generales o etapas en que manifiestan la evolución de la imagen de los Estados Unidos, en el pensamiento de los latinoamericanos.

Aparentemente, no siempre los latinoamericanos han tenido una imagen clara u operativa del mundo norteamericano, en especial sobre su gobierno.

En el pasado se ha explicado en razón del atraso colonial en que hemos vivido, situación que ha continuado hasta la fecha, por el hecho de que los órganos de comunicación masiva. (prensa, radio y televisión) que deberían considerar los grandes problemas sociales de interés general, están a menudo controlados por las minorías oligárquicas interesadas en que sus pueblos desconozcan lo más elemental sobre el mundo exterior y la naturaleza de las relaciones internacionales o bilaterales con la potencia imperial en turno. (En México, los causantes de ésta situación, son las televisoras por su programación enajenante dirigida por los E.U.)

Si nos atenemos a la mera lectura de los documentos oficiales emanados de nuestros gobiernos, a menudo sirvientes en turno de aquellos mismos grupos oligárquicos, cuando no al servicio directo de interese extranjeros, (Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón). Tampoco resulta una imagen bien dibujada y clara de nuestra identidad, y menos de los vínculos y relaciones con nuestros vecinos del norte.

Hemos tenido, y tenemos, Presidentes de Repúblicas que son ó han sido, funcionarios al servicio de compañías extranjeras monopólicas, (En México V. Fox, con la Coca Cola) y en consecuencia nunca interesados en definir una conducta nacional, ni representar dignamente ante terceros a su propio país a cabalidad.
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Solo para ilustrar lo anterior, recordaré el triste papel de nuestro Presidente Vicente Fox, (por haber salido a la luz) con motivo de la Cumbre celebrada en Monterrey, N.L.México, cuando tuvo que decirle a Fidel Castro, de Cuba, que tendría que abandonar el foro a determinada hora, por que si nó, no vendría “Bushito”. (Nada más comes y te vas). ¡Que vergüenza! ¡Tan grandote y tan tontote!

Sin embargo, no han faltado tambien gobernantes que han hablado claramente, manifestando públicamente pensamientos bien definidos que hacen alusión al tema de las relaciones internacionales entre los Estados Unidos de Norteamérica y las repúblicas Latinoamericanas.

Fue en el siglo XIX el caso del Libertador Simón Bolívar, del Apóstol Cubano José Martí y del Presidente de México, el Benemérito Don Benito Juárez García, en el siglo pasado los comandantes Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara, con puestos de responsabilidad revolucionaria en la República de Cuba, así como Salvador Allende en su paso por la presidencia de Chile y Jacobo Arbenz en Guatemala, personalidades de valía, con un pensamiento coherente y pleno conocimiento de los problemas de su tiempo, que supieron entenderlos y exponerlos con valentía ante el mundo. (Algunos de estos personajes fueron asesinados con intervención de organismos de los E.U.)

No son los únicos, pero sí los más representativos de los escritores y ensayistas de su tiempo. Como fue Fray Servando Teresa de Mier, Francisco Bilbao José Enrique Rodó, José Ingenieros y de el siglo pasado Gastón García Cantú, de cuyos textos estoy tomando material para este trabajo.

Por razones muy explicables, los testimonios existentes, son más numerosos entre los ciudadanos de los países limítrofes con los Estados Unidos, es decir México y Cuba, o que han tenido conflictos frontales (provocados) con esa potencia en el momento de su expansión imperial a costa de los latinoamericanos. Por lo tanto la visión de los latinoamericanos que tuvieron al tiempo de la independencia de los E.U. en 1776, ha cambiado conforme fue cambiando la política de los norteamericanos, hacia los países de América Latina, a partir de su liberación de la Gran Bretaña.

Siendo tan distintos y contradictorios los intereses políticos y económicos latinoamericanos con los norteamericanos, y partiendo sus respectivas culturas de puntos tan distintos, no por ello debemos pensar, que solo se manifiestan las opiniones en términos de lucha, temor, hostilidad, desprecio o rechazo. Los liberales de América Latina hicieron justicia a la hazaña que significaba la primera gran república del mundo con una Constitución escrita desde su nacimiento, los líderes de la burguesía latinoamericana de mediados del siglo XIX admiraron lo que representaba un Abraham Lincoln y la revolución industrial norteamericana, tanto que las primeras Constituciones de las Repúblicas Latinoamericanas, se inspiraron en la Constitución de los E.U.

Esa admiración se convirtió después en escepticismo, desilusión, rechazo y porque no decirlo, en odio, al ver que los principios y derechos por los que habían peleado los E.U. así como los países latinoamericanos, eran traicionados por los norteamericanos, que al sentirse fuertes, dieron salida a sus instintos imperialistas y racistas heredados de su madre patria, la Gran Bretaña. (La pérfida Albión).

Los Estados Unidos, se independizaron de Inglaterra, por la explotación, presiones y las trabas a su desarrollo intelectual e industrial y, al darse cuenta que ese sistema había hecho posible que Inglaterra viviera en la opulencia, decidieron que ellos harían lo mismo con los países latinoamericanos recién independizados de España y Portugal e implantaron el neocolonialismo a base de su famosa Doctrina Monroe, cuya parte medular dice:

“Que en adelante, los dos continentes americanos, atendida su libertad e independencia que han adquirido los pueblos establecidos en ellos, no deben ser considerados como territorios donde potencias europeas puedan establecer colonias”. Estados Unidos “considera peligrosas para su paz y seguridad toda tentativa de las potencias europeas para implantar su criterio de gobierno en cualquier parte de su hemisferio”. Se afirmaba asimismo que los Estados Unidos considerarían una forma de hostilidad contra su país, “toda intervención de cualquier potencia europea, con el fin de oprimir pueblos que han logrado su independencia ó de imponerle otro destino que el que se han dado”.

El escritor político argentino Manuel Ugarte (l878-1954) comentaría: “En los últimos tiempos es mayor el interés de Europa y los Estados Unidos por nosotros. Es innegable que Europa mira con interés nuestros inmensos territorios…(pero) ninguna nación europea afrontaría las consecuencias de un conflicto armado con los Estados Unidos. La doctrina Monroe prohíbe expresamente toda injerencia del viejo mundo en los asuntos del nuevo… Naturalmente el interés de los Estados Unidos, ha sido conservar ésa hegemonía y esa protección que les permita preparar y asegurar su progresiva marcha invasora, su expansión futura y su dominio sobre toda América”. Los estados unidos nos defienden de Europa, pero, ¿quien nos defiende de los estados unidos?

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