28 julio 2014

ZOMBIS O DOMESTICADOS.

                    “ZOMBIS O DOMESTICADOS”
            Leyendo el libro “México Negro”, del escritor mexicano Francisco Martín Moreno, se da uno cuenta de que hay mucha similitud en la forma o procedimiento que se adueñaron nuestros queridos vecinos “LMV” del Petróleo y la Minería, en tiempos de Don Porfirio Díaz Mori y nuestro actual Presidente Enrique Peña Nieto.
            Pongamos por ejemplo el caso del agricultor José Guadalupe Montoya dueño de un rancho llamado “Los Limoneros”, quien después de mucha lucha logra que no le quiten su rancho: (Ver parte pag.58 y 59)
            Diez días después, José Guadalupe Montoya, dejaba cinco gruesas de naranjas en el piso lodoso de su puesto en el Mercado Municipal de Tampico. En ese momento cuando de cuclillas soltaba los nudos de los huacales para hacer pequeños montículos con la fruta de Los Limoneros, advirtió una fuerte patada en la espalda que lo proyectó contra su fruta, perdiendo el sombrero con el impacto. ---Voteáte, cobarde Guadalupe----dijo una voz imperiosa y prepotente--, Tú no eres de los nuestros. Bien qui sabias qui yo tenía qui en la compañía de la Chinampa y qui dejaba el jacal solo y ahí ti juites a meter con mi esposa pa comprarla con todos los qui ti dieron por rentar tus malditos Li moneros. Aquí tengo en el morral todavía algunos centavos qui ayer li nditespa qui si acostara contigo, maldito traidor de los demonios.
---¿Quién es asté?--- preguntó perplejo y atónito José Guadalupe, al tiem`po que se incorporaba sorprendido y se limpiaba las manos en su humilde camisa de manta---, Por Diosito santo, qui no me dejará mentir, le juro quí yo a asté ni lo conozco. ---A mi no, claro está, pero bien qui conoces a mi esposa porque tu vas a mi jacal cuan yo ni estoy.
---Qui va ---repuso mortificado, percatándose que muchos marchantes y dueños de puestos se acercaban a presenciar un nuevo pleito en el mercado ---Yo ni conozco tampoco a tu esposa---dijo nervioso cuando percibió la posición extremista e intransigente de su agresor.
            ¡Cobarde! Ti dije y te lo repito, nomás niegas ahora todo lo qui haces.Acabates con lo que más me importaba en la vida y pusites en vergüenza a mis hijos y a mi: Bien qui sabias qui es ley sagrada en nuestra tierra meterte con la esposa de cualquiera de nosotros. Bien sabes qui nen la iglesia siempre nos repiten qui no desearas la mujer de tus iguales, y tu, malvado cabrón, no solo la deseates, sino qui también la violates, y la tuvites contigo todas las veces quisi ti dio tu chingada gana.
            Yó ni te conozco . ni se de lo qui mi hablas. Has de haber tomado mucho pulque t mi andas confundiendo, porque yo no tengo qui ver contigo ni con la qui dices que es tu siñora.  Aquí todos mi conocen y a mi edad ya ni puedo ni debo andar por esos malos caminos---se volteó para abrir un nuevo costal de naranjas y restar importancia al pleito callejero cuando escuchó el grito estremecedor de una mujer. ----¡ Cuidado, José, ti va a matar! ---la voz estridente rezumbó con eco trágico e insistente a lo largo y a lo ancho del mercado. Con instintiva rapidez volteó para encontrarse con el viaje violento y veloz de un machete que fue a encajarse en su hombro derecho, José Guadalupe, profirió un grito desgarrador.  Si embargo, antes de que los vecinos del lugar pudieran intervenir, y ante el estupor de los concurrentes,el mismo brazo asesino descargó con certera violencia un segundo golpe que perforó con facilidad la camisa de manta del indio, así como el abdomen. El campesino, con los ojos llenos del azúl del cielo, se sujetó desesperadamente al mango del arma , negándose a aceptar la fal realidad. Su mirada era infinita. De su boca desencajada y floja ya no alcanzaba a salir palabra alguna. Lentamente cayó al piso encharcado y fétido del improvisado local.
            El asesino aprovechó la confusión y huyó precipitadamente. Despues de cabalgar por más de tres horas, se ocultó en una choza de pescadores, a un lado de Tampico, propiedad de uno de sus hermanos que trabajaba de capataz en una de las muchas haciendas petroleras de la región. (Fin).
(Los autores intelectuales, fueron los mismos que en la embajada de USA en 1913, fraguaron el asesina de Francisco y Madero.
           
Sr. Enrique Peña Nieto. ¿Lo sabía? Y si no lo sabía que pena. Pero eso no quita la "Partida de moder que nos dio a los mexicanos que amamos y queremos a México con entregarle a la maldita vecindad el petróleo”.
Lo que sigue, es un ejemplo del pensamiento y conocimiento que tienen de México y los mexicanos nuestros queridos vecinos y que espero sirva de algo en el futuro.
"El secretario de Estado de U.S.A. Richard Lansing en 1924, le sugirió al presidente republicano de los E. U. Calvin Coolidge (1923/1929) lo siguiente: México es un país extraordinariamente fácil de dominar, porque basta controlar a un solo hombre, El Presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que eso llevaría, otra vez a la guerra. La solución necesita más tiempo. Debemos abrirles a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y el respeto al liderazgo de los Estados Unidos. México necesitará de administradores competentes. Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes  y, eventualmente, se adueñarán de la Presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos. Y LO HARÁN MEJOR Y MÁS RADICALMENTE QUE NOSOTROS."
            Sr. Peña, usted es de éstos traidores, modificó el Art. 27 constitucional para poder dar El Petróleo y Minerales a los USA la maldita vecindad. Y todavía se pregona mexicano, se ve que no ha leído las relaciones con nuestro vecino del norte. Posiblemente los gringos no manden matar a los dueños de predios petrolíferos, pues usted las va expropiar para dárselas a nuestros queridos vecinos y le dirán: Muy agradecidos, Muy agradecidos, estamos en lo dicho $$$$$ mi buen Quiqe.
RESPETUOSAMENTE: Enrique Zamora García.  
Blog: comentariosagranelzagar.blog

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