“DIÁLOGOS “ZAGAR”.
“La verdad, tan solo por ser verdad, no siempre es bella”
La materialización del “pensamiento
libre “a través de la palabra escrita.
(Un comentario y un poema)
POR: ENRIQUE ZAMORA GARCÍA.
A los habitantes de mi querido Tapachula, y en especial a los
“Huacaleros” de corazón y nacimiento, les comunico por éste medio, que estaré
haciendo de su conocimiento mis comentarios sobre diversos temas que nos atañen
a todos de acuerdo con mi cristal, como dijo el poeta español Ramón de
Campoamor, “En este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira, todo es según
el color del cristal con que se mira”,
Hecha la debida aclaración, comenzamos con:
CENTENARIO DE LA
REVOLUCION O INVASIÓN EN PUERTA.
DIÁLOGO DEL TIO CHICO Y
SU SOBRINO JUAN.
JUAN: Buenas tardes
tío. Ya vine para que me siga informando de las hazañas de nuestros vecinos.
CHICO: Buenas tardes
hijo. Seguiremos con “El Crimen de la Embajada”.
Huerta había estado en comunicación con el señor Wilson
por intermedio de un mensajero confidencial… Durante el armisticio. Se
ultimaron los detalles de la traición que se estaba tramando y antes de terminar
el día Huerta mandó un recado al
Embajador Wilson diciéndole que todo marchaba en forma satisfactoria… Esa noche
el embajador dijo, por lo menos a un periodista, que Madero seria arrestado al
dia siguiente, a ,edio día. A la hora indicada, se hallaban varios reporteros
en Palacio Nacional y por lo menos uno de ellos llevaba ya sus escritos por
anticipado… A las dos de la tarde el señor Wilson tenía la satisfacción de
telegrafiar al Departamento de Estado:
“Acaba de venir mi mensajero confidencial ante Huerta a dar cuenta del
arresto de Madero”.
“El mensajero confidencial a que se refiere el embajador
Wilson en sus informes al Departamento de Estado, era Enrique Zepeda, supuesto
sobrino pero en realidad hijo natural del general Huerta.
“Cuando Zepeda se presentó en la Embajada el día 18 a las
dos de la tarde –cuenta Bayard Hale--- llevaba una mano sangrando. Entró a la
planta baja donde se encuentran las oficinas de los secretarios y de los
agregados y donde había en esos momentos gran número de personajes. Entr ellos
estaba el doctor Ryan, cirujano de la Cruz Roja, quien inmediatamente se puso a
curarle la mano a Zepeda… Zepeda dijo: “Me hirieron mientras ayudaba a detener
a Madero, pero no me detuve para que alguien me atendiera, porque le había
prometido al embajador que él seria el primero en recibir la noticia en cuanto
hiciéramos esto…” “..Cierto día que Zepeda estaba contando como ocurrió el
arresto, el señor C. A. Hamilton, lo interrumpió y le dijo: “Si ustedes tenían determinado acabar con
Madero ¿Por qué diablos no lo hicieron entonces durante la refriega? Hubiera
parecido lo mas natural? Y Zepeda contestó: “Bueno es que yo le había prometido
al embajador que no lo mataríamos al momento de detenerlo..” “Al recibir el
mensaje de Zepeda… el embajador Wilson envió un mensaje a Diaz que seguía en la
Ciudadela, informándole que el presidente había sido arrestado y que Huerta
deseaba tener una charla con el caudillo rebelde. Se acordó que esta conferencia se celebrara
en la embajada. A las 9 en punto llegó Huerta a la Embajada y el señor Wilson
envió por el general Díaz al doctor Reyes y a otros en un automóvil .que
llevaba enarbolada la bandera norteamericana…
“…El cabecilla del motín, el traicionero comandante en
jefe y el embajador norteamericano con su traductor Louis D ´Antin, pasaron las
tres horas siguientes en el salón fumador de la Embajada, celebrando su conferencia
y elaborando un plan para constituir el nuevo gobierno que sustituyera al del presidente traicionado y prisionero. Díaz
insistía en su derecho al cargo más prominente, fundándose en que él era el que
había trabado la pelea, Pero los argumentos de Huerta eran mas poderosos, pues,
evidentemente, de no haber sido porque se convirtió en traidor, la revuelta no
habría tenido ningún éxito. Tres veces
estuvieron a punto de romper la plática
en muy malos términos, dice el embajador, pero gracias a sus esfuerzos
se prosiguió la charla al final de la cual se elaboró un plan que era, en realidad una
transacción: Huerta entraría como
presidente provisional, pero debería convocar a elecciones y daría apoyo a Díaz
para que a éste le correspondiera la presidencia permanente. También se llegó a
un acuerdo en relación con la constitución del gabinete y en este particular el
embajador desempeñó un papel prominente…”
Al día siguiente el presidente Madero, bajo amenazas de
muerte para él y sus familiares, fue obligado a firmar su renuncia. Se le había
ofrecido que se le permitiría ir a Veracruz con sus parientes y embarcarse allí
para la Habana. Empero su familia esperó
en vano en la estación de Buenavista: el señor Madero había sido traicionado
una vez más. A este respecto dice Hale:
“…Se explicó que el comandante militar del puerto de
Veracruz había recibido de la señora Madero unos telegramas que lo indujeron a
contestar
De manera satisfactoria
a las instrucciones de Huerta. Se dice que el comandante contestó: ¿Por autoridad de quién? Yo solo reconozco la
autoridad del presidente constitucional de México, Francisco I. Madero. Sin
embargo, entre los maderistas priva la creencia de que lo que impidió la salida
del tren fue la decisión que manifestaron los embajadores de Cuba y Chile de
acompañar a los viajeros, y que el plan era volarlo a medio camino. “La esposa y la madre de Madero y los
parientes de Pino Suárez, consolados al saber que sus deudos seguían vivos,
pero temiendo lo peor, se dirigieron entonces al embajador norteamericano
pidiéndole que concediera a los
perseguidos un asilo en la Embajada. El embajador había abierto sus puertas a
los traidores, convirtiéndose en un sitio de reunión para los que tramaban el golpe, por lo que no
pudo encontrar la manera de dar acogida a sus víctimas. En vez de eso, el señor
Wilson recomendó que se trasladara a los detenidos a un lugar mas confortable: de Palacio a la Penitenciaría..” (Que jijo).
El general Huerta asumió la presidencia el día 20. El día
21 el embajador Wilson telegrafió al secretario de Estado M. Knox diciéndole
que se disponía a reconocer el gobierno que de ese modo acababa de establecerse
y que ya había girado instrucciones a todos los cónsules norteamericanos del
país, “pidiéndoles el sometimiento y adhesión general al nuevo gobierno, que el
día de hoy será reconocido por todos los
gobiernos extranjeros”. El Departamento de Estado le dio instrucciones para que
prestara ese reconocimiento precipitado.
El día 22 la Embajada celebró el aniversario del
natalicio de Jorge Washington. Por la mañana hubo algunos actos oficiales ante
la estatua del padre de la independencia norteamericana y frente al monumento a
Juárez. Por la tarde, Wilson ofreció una recepción en la Embajada, a la que
acudieron Huerta, Díaz, Mondragón y otros personajes del nuevo régimen. Cuenta William Bayard Hale:
“Huerta y Wilson desaparecieron de entre la gente allí reunida y me fundo en el
autorizado testimonio del embajador chileno para declarar que Huerta y Wilson se hallaban en el salón
fumador trabando una conversación que duró una hora y media; todo ese tiempo
estuvo esperando el embajador chileno, quien quería tener oportunidad de hablar
con el señor Wilson. El embajador omite toda mención del día 22 de febrero como
una de las bien contadas fechas en que, según informa el Sr. Bryan… ha tenido
comunicación oral o escrita con Huerta. El embajador chileno pudo haberse equivocado. Pero si está en lo
cierto tenemos conferenciando a Huerta y Wilson hasta las siete de la tarde.
“ A las 9 de la noche, el alcalde de la
penitenciaria recibió la visita del coronel Luis Ballesteros con ordenes de que
el alcalde entregara en su manos la
dirección de la cárcel… “Muy poco
después de haber sonado las 12 de la
noche, Francisco I. Madero y José Ma. Pino Suárez fueron asesinados, El
embajador Wilson, en la mañana siguiente envió a Washington un informe el cual
decía que, a lo que alcanzaba a averiguar se les mató a consecuencia de un
intento de liberación, en los momentos que eran trasladados del Palacio
Nacional a la Penitenciaría… Yo había recomendado su traslado a un sitio mas
confortable…” Y Bayard señala el hecho
de que Lane Wilson insiste en esa “ironía macabra” “Que sean trasladados a un sitio más
confortable…” (Que Jijo).
“El Sr. Wilson ---continua el informe de Hale--- nunca ha pedido que se
haga una averiguación sobre lo ocurrido. En sus conversaciones conmigo no
demuestra tener formado juicio alguno en cuanto a la fechoría realizada la
noche del 22 de febrero, después de que todos los hombres responsables de ella
habían sido huéspedes suyos en la casa, ni tampoco parece tener la menor
sospecha de que alguna responsabilidad pueda recaer sobre. (Fueron órdenes de
sus jefes) aunque examinando
desapasionadamente todo lo ocurrido, cabe
decir que fue el quien entregó a esos
hombres a la muerte…” “El señor
Wilson en sus conversaciones conmigo ha vituperado violentamente a Madero y su
familia… En algún momento le pregunté si en opinión suya estaba manteniendo una
actitud correcta, en cuanto a diplomático, al presidir una conferencia de dos
generales rebeldes y prestar ayuda para ultimar detalles de la nueva
presidencia cuando el presidente constitucional ante el cual estaba acreditado
se hallaba preso: el embajador me contestó que era necesario para bien de
México, que se eliminara a Madero…”
(Talvez piensen los E.U. que para bien de Venezuela se eliminó a Chávez,
pues no se detienen ante nada)
Acerca de la responsabilidad por la muerte del Sr. Madero, Lane Wilson
partía de la idea de que se trataba de dos ciudadanos particulares (Madero y Pino Suárez) en el momento en que
murieron y qué, por tanto, “Hubiera sido una impertinencia el que un país
extranjero pidiera que se hicieran averiguaciones acerca de un negocio
estrictamente interno”..
¡Naturalmente! ¡El
honorable embajador norteamericano estaba
incapacitado, por su carácter de
diplomático, para intervenir en los asuntos internos de México! “Luego---refiere Hale--- con bastante violencia continuó diciendo que Madero había matado a
centenares de personas ilegalmente y que no era asunto suyo de qué manera había
muerto ese hombre. De hecho –añadió—la personal realmente responsable de la
muerte de Madero es su esposa. A ella es a quien hay que echarle la culpa. Su
telegrama a Veracruz hizo imposible que Madero saliera de la Capital.
No hay antecedente en los archivos de la criminalidad de
un caso semejante de cinismo en que el criminal trate de arrojar la
responsabilidad sobre el deudo más cercano de la victima. El representante del
Embajador Wilson comenta a este respecto:
“Seguramente, la historia hará recaer la responsabilidad del asesinato
de Madero sobre los hombros de alguien que no sea su esposa”.
El informe de William Bayard Hale, termina con estas
consideraciones a manera de conclusiones:
El plan para el establecimiento inmediato de una
dictadura militar no pudo haberse elaborado nunca, excepto en la embajada
Norteamericana, bajo el patrocinio del embajador norteamericano y con su
promesa en nombre de su gobierno de un rápido reconocimiento. Madero nunca
hubiera sido asesinado si el embajador norteamericano hubiera dado a entender
en forma clara que la conspiración debía detenerse antes de llegar al crimen. “
No puede menos de causar pena a todos el hecho de que esta historia,
probablemente la más dramática en que se haya visto un funcionario diplomático
de los Estados Unidos, sea una historia de simpatía con la traición, con la
perfidia y el asesinato, en un asalto contra el gobierno constitucional… Y es
particularmente desafortunado que esto haya sucedido en uno de los principales
países de América Latina, donde si alguna moral es preciso llevar a cabo, es
negar apoyo a la violencia y respaldar la legalidad”..
Insistimos: No es un mexicano presa de “un salvaje
resentimiento” el que acusa a Henry Lane Wilson, sino un norteamericano sereno
y verídico que ha dejado en ese documento terrible--- que se halla a la
disposición de los historiadores en The National Archives of the Unites States.
General Records of the State. No. 812,00/177.98.1/ - constancia histórica de
algunos de los métodos aplicados por el imperialismo norteamericano a sus
buenos vecinos del sur. (Mario Gill. Nuestros buenos vecinos. 2ª. Ed. México,
D. F., 1958).
CHICO: ¿Qué te pareció
sobrino el crimen de la Embajada?
JUAN: Está carbón tío, los gringos no se detienen
ante nada.
JUAN: Yo también he leído que los U.S.A.
intervinieron en la muerte de Allende
que era un presidente socialista de Chile y a Torrijos de Panamá.
CHICO: Así es hijo, no quieren gobiernos socialistas
porque a ellos no les conviene, les importa un pito América latina, con el
sistema que nos han impuesto, seguirán saqueando nuestros países.
JUAN. Yo creo que a
México ya lo tienen en la bolsa.
CHICO: Esa es mi
preocupación sobrino. Amo a mi patria, pues desde la escuela primaria nos
enseñaban Historia Patria, hoy me parece que a sugerencia de UNESCO ya no la
enseñan, tampoco enseñan civismo.
JUAN: Yo también amo a
mi México lindo y querido.
CHICO: Por eso te pido,
que les hagas saber a tus parientes y amigos mi frase: “MIENTRAS ESTEMOS UNCIDOS A LA CARRETA
GRINGA, Y TENGAMOS GOBERNANTES, IGNORANTES, PUSILÁNIMES, COBARDES, CORRUPTOS,
ABYECTOS, CON UN COMPLEJO DE INFERIORIDAD Y UN MALINCHISMO CONGÉNITO, MEXICO
SEGUIRÁ SIEN UN PAIS MEDIOCRE”.
RESPETUOSAMENTE: ENRIQUE ZAMORA GARCIA. Twitter: @zagarenri
Zagar_481@hotmail.com Blog:
comentariosagranelzagar.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario