11 noviembre 2012

ALGUNOS NEGOCIOS Y PERSONAS QUE CONOCÍ.

“ALGUNOS NEGOCIOS Y PERSONAS QUE CONOCÍ” Solo para el recuerdo de algunos amigos que aún queden, le diré, qué contra esquina de la Telefónica del Soconusco, se alzaba un edificio de dos plantas, la parte de abajo era de manposteria y la parte alta de madera con corredores muy amplios y allí se instaló la Primera Escuela Hijos del Ejercito ó sea el actual Internado No.11, que fue muy apreciado por la buena calidad de su enseñanza. En ésa esquina, enfrente de la Escuela Hijos del Ejercito, tuvo su tienda de telas finas y ropa para caballeros Don Benito Narchi, posteriormente una agencia de automóviles (Studebaker) de un alemán de apellido Hilderhorzen, (no domino el idioma alemán) y despues una Veterinaria del Sr. Mijangos, actualmente en esa esquina está la farmacia “Esquivar”. Contra esquina se instaló un negocio llamado “El Tornillo de Oro” cuyo propietario era un español de nombre Andrés Cañete, el que adquirió toda la tornillería que le quedó a la “Casa Henkel” despues de que se incendió, me parece que le fue muy bien con el negocio, pues en ésa época, era el único que se dedicaba a la venta de tornillos exclusivamente. Recordando algunas calles, negocios y personas que conocí, citaré a la familia Elorza García, que eran los dueños de un cuarto de manzana, formado por la esquina de la 4ª. Av. Norte y 7ª. Calle Poniente, era una propiedad bastante grande, que tenía salida por ambas calles, estimé mucho a ésta familia, que estaba formada por Don Carlos Elorza Córdova y Doña María García Castillo y sus hijos, Carlos, Maruca, Cielo, Alberto y Arturo. Con ellos viví mis primeros años, pues mi primo “Beto” alias “El Aguacate” era de mi misma edad, igual que Herberto de la Rosa y Rafael García, todos éramos parientes y el patio ó traspatio como se le llamaba era muy grande y allí jugábamos a las Canicas, Trompo, Capirucho, etc., y subiéndonos a los árboles, pues había Mango, Marañón, Naranja y Mandarina. Los tres nombrados han fallecido y solo queda Arturo “El Ruso”, que sé que está enfermo, espero que se recupere, el no jugaba con nosotros pues era muy chico. Recuerdo una anécdota del tío Carlos, pues siempre nos prohibía comer la fruta del “Marañon”, porque manchaba la ropa feamente y no se podían quitar las manchas. En cierta ocasión, que habíamos comido la fruta y yá nos habíamos lavado las manos, para que él no se diera cuenta, llegó y nos pregunto: ¿Comieron Marañon? Nosotros le dijimos que nó y que viera nuestras manos. Entonces nos llamó y nos tocó la cabeza con los nudillos de la mano, se la llevó a la nariz, y nos dijo: Mentirosos. Aquí está la prueba, nos quedamos asombrados de la forma en que nos había descubierto, años más tarde supimos que cuando uno come Marañón se siente el olor al hablar por ser muy fuerte, y, no fue que nos haya descubierto haciéndonos la prueba de los golpecitos en la cabeza. Recuerdo también, que como el Tío Carlos, era Dr. Homeópata, tenía sus frascos grandes de “chochitos” y en ocasiones que se le olvidaba cerrar la puerta de su laboratorio aprovechábamos para entrar y comernos las bolitas blancas, que para nosotros eran dulces, no medicina. En la mera esquina de la 4ª. Av. Norte con 7ª. Calle poniente, estaba Don Ernesto Crúz, que era el corresponsal del periódico “La Prensa” que venía de México en el Ferrocarril Panamericano, trayendo de la Capital de la República, las noticias fresquesitas cada tercer día. Enfrente estaba la peluquería de Don Manuel Victorio, compadre de mi papá, más adelante sobre la Séptima Poniente estaba el negocio de los hermanos “Anaya”, que se dedicaban a la compra venta de maíz, por lo que les decían “Los Maiceros”. Siguiendo por la 7ª. Poniente, en la esquina con la 6ª. Avenida Norte, estaba la tienda de abarrotes de Ignacio Chang, una tienda bastante grande y él, era un chinote gordo, muy atento y cordial. Bajando por la 6ª Av. Norte, frente al palacio de cristal, precisamente donde estuvo el Cine Tapachula y hoy están los almacenes “Granda”, estaba la casa comercial de un alemán de nombre Otto Schujart (No sé si así se escribe, pero así suena) que tenía la representación de las motocicletas “Harley Davidson” y vendía también “Vitrolas” ó sean las abuelas de los tocadiscos de la marca RCA Victor, cuyo anuncio era un perrito blanco sentado, que se suponía estaba oyendo la música de un gramófono, estos aparatos tocaban unos discos fonográficos de pasta, eran de cuerda y usaban unas agujas de acero, que solo servían a lo sumo, para tocar un disco, que por lo regular solo tenía una canción por lado, cada vez que se ponía un disco, se tenía que poner una aguja nueva, era un gastadero de agujas, pero también eran muy baratas. En la mera esquina, frente a la hoy ampliación del parque Hidalgo, explanada del Palacio Municipal, y que hoy, se encuentra una tienda de aparatos electrodomésticos de importación, estuvo mucho tiempo la mueblería “La Europea” de Don Joaquín Martínez, padre de dos amigos Jorge y Enrique, despues ésa mueblería se pasó a la 1ª. Calle Poniente, donde hoy está Teléfonos de México y allí terminó por fallecimiento de Don Joaquín, de sus hijos, creo que solo vive Enrique en la población de Emiliano Zapata del Estado de Tabasco. Continuando por la 6ª. Av. Norte, rumbo al sur, frente al parque Hidalgo y en la esquina donde hoy está una Sucursal del Banco Scotiakank Inverlat, en una casa antigua de adobe estaba la “Casa Corlay” del Sr. Manuel Corlay, la cual fue consumida por un incendio que acabó con el edificio y toda la tienda, esta tienda era muy grande y, entre otros artículos, maquilaba también pantalones de “Mezclilla” azul y verde, con y sin pechera, que se consideraba en ésa época, ropa corriente y la usaba la gente económicamente mal, pues la gente, dizque bien (de dinero) la menospreciaba diciendo despectivamente “Pantalón de Chino”. Era un comercio grande que habilitaba a tiendas pequeñas, pero numerosas de sus paisanos en la región. Hay casos que no se olvidan nunca y como digo anteriormente era grande y tenía muchos empleados que trabajaban en su interior y que uno no los podía distinguir, pues todos se parecían. El día del incendio, salieron corriendo algunos de los chinos que aún usaban “colita”. Conocí a dos hijos del dueño de la tienda, Manuel y Lino Corlay Chiao, el amigo “Lino” vive en México y creo que es todavía dueño del actual Edificio, es Licenciado Criminalista y políglota, buen profesionista y una persona muy agradable. En una parte del antiguo edificio, frente al Parque, estuvo la Mercería “La Paz” de la familia japonesa “Meguro” que atendía muy amable y atenta, con su eterna sonrisa “Anita Meguro”, era la mejor y bien surtida de su ramo en ésa época, allí compraban nuestros padres, útiles escolares, aros e hilazas del “Ancla” para las costuras que hacían sus hijas, pues en ésa época enseñaban diversidad de trabajos manuales en las escuelas primarias. Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, los Meguro, emigraron a la Ciudad de México, así como los amigos “Quico Uchida” y Angel Honda. Fue una lástima que se hayan ido. Siguiendo la misma banqueta, estaba otro negocio de un japonés, era una especie de Ferretería, llamada “Casa Zymanuki” el dueño se llamaba Flavio F. Zymanuki (no sé si está bien escrito) vendía Rifles, Pistolas, Navajas, Cartuchos y Artículos de Pesca. Recuerdo que llegué a comprar cartuchos calibre 22, les llamaban de la “U” y costaban $4.00 el duro y $5.00 el hueco ó expansivo, la caja contenía 50 cartuchos, a los rifles se les decía de “Salón” y no había restricción para comprarlos (solo tu economía) pues aún no nos llegaba la influencia “gringa” con sus películas de violencia, drogas, prostitución y delincuencia organizada que hoy afecta a todo el país. (Había poca delincuencia y muy desorganizada) Pues aunque muchas personas portaban armas de fuego, no había la cantidad de crímenes que registran a diario actualmente en la región, Nadie te ataca, si sabe que tienes con que defenderte ó lo piensa dos veces. (Hoy nuestras autoridades nos tienen indefensos, no pueden controlar la delincuencia y no dejan que nosotros nos defendamos, protegiendo de ésta manera a los delincuentes). Viene a mi memoria la siguiente anécdota relacionada con la “Casa Zymanuki”. Entre los chamacos cuando estaban jugando “Canicas” y si alguien no atinaba a pegarle a la del contrario, es decir fallaba, le decían los compañeros en son de burla. “Ve a comprar puntería con Zymanuki”. Este negocio pasó despues a poder del amigo Fernando L. Chang Muñoz con el nombre de “La Sorpresa” éste amigo se ha ido Q.E.P.D. En lo que hoy es la ampliación del parque “Migue Hidalgo” y el nuevo Palacio Municipal, estuvo el primer mercado que se llamó “General Sebastián Escobar” por haber sido quien donó el solar y los comerciantes ó locatarios fuéron construyendo sus propios locales de madera y lámina de zinc y piso empedrado que se encharcaba cuando llovía. En el período de 1933 a 1934 siendo Presidente Municipal el Coronel Sostenes Ruiz Córdova, se demolió ése mercado y se construyó uno de concreto como Dios manda y más funcional, que abarcaba toda la manzana y tenía entrada por las cuatro esquinas. Este mercado también fue demolido para construir el actual atrás del parque Juárez, que es una vergüenza, por sucio y poco funcional. Nuestras autoridades deberían de demolerlo y construir otro con “tecnología de punta” acorde con los tiempos que estamos viviendo y quitar de su alrededor todos los puestos semifijos que afean a nuestra ciudad. Del lado de la Tercera Callé Poniente, estaban las refresquerías que daban al Parque Central Hidalgo, me parece que una se llamaba “La Copa de Oro” del Sr. Rafael Chang y en una especie de pasillo central estaba la Paletería del Prof. Jesús Moreno, que vendía unas paletas riquísimas hechas de frutas naturales, en las refresquerías las nieves las servían acompañadas de un vaso de “Agua Celis” que era gasificada y muy sabrosa. Del lado del mercado, frente a la Iglesia de San Agustín, cuya calle estaba empedrada, se instaló el negocio de Don Ramiro Gordillo, con el nombre de “El Escritorio Público” al lado de el, un amigo de Don Ramiro, cuyo nombre no recuerdo, instaló un negocio para arreglar, cuadros, fotografías, santos, etc., poniéndoles vidrio y marcos de madera y otros solo vidrio asegurado con una cinta de papel especial engomado, que se llamaba “passpartú” ambos por ser los primeros en su ramo, tuvieron mucho éxito. Don Ramiro y su amigo vinieron de “Comitán de Las Flores” hoy de Dominguez, personas que conocí y traté, con un don de gentes, educados y honorables. Habían muchos negocios en el interior del mercado, Restaurantes, Carnicerías, Abarrotes, Verdulerías, etc., de los cuales no recuerdo los nombres, yá que solo me acuerdo de los nombres de los dueños de las dos tiendas que estaban en las esquinas del mercado sobre la 6ª. Av. Norte, Angel Mack Chang y Manuel Chee Jus y además una tienda de ropa, que estaba al lado de las refresquerías de un ruso apellidado “Goldfard” que se supo que hizo mucho dinero y fue propietario de muchas viviendas que daba en alquiler, creo que vive aún un hijo de él. De los dueños de las carnicerías, solo recuerdo a los Sumuano, carniceros de abolengo a quienes les compraba mi abuela la carne para vender en postas, dándole un buen márgen de ganancia. Siguiendo por la 6ª. Av. Sur, frente al Parque Central en la esquina que forman la Tercera Calle Poniente con la Sexta Avenida Norte, habían dos Farmacias, al norte la farmacia “La Central” del Sr. Escobar y la farmacia “El Águila” en la parte sur, atendida personalmente por su propietaria doña Vicenta Escobar, una gran persona muy trabajadora, a quien recuerdo siempre frente a su Caja, es decir al pie del cañón, con ella trabajaron entre otros, Don Mariano Moody, Jorge Choel y Juan Zamora Velásquez, que en bicicleta entregaba medicinas. Doña Vicenta fue la mamá de Carlos López Escobar, que no siguió los pasos de su mamá y tengo entendido que murió hace un par de años. Siguiendo por la misma acera de la Sexta Norte hacia el sur, estuvo el “Hotel Palacio” del Sr. Aurelio Ortiz, a quien cariñosamente le decían sus amigos “Chimbombito”, conocí a tres de sus hijos, Cesar a quien le decían “Chachó” y dos muchachas muy guapas, una de ellas “Carolina” fue mi compañera de la Escuela Primaria “Leona Vicario”, mis mejores deseos de bienestar para las dos si es que viven, pues “Chachó” ya falleció. En la misma calle, pero del lado de enfrente, es decir en la esquina de lo que hoy seguimos llamando” Portal Pérez” estuvo la Ferretería de Don Manuel Garza, llamada “Casa Garza”, en donde tambien vendían armas de fuego, Don Manuel fue el padre de Victor, Carlos y Guillermo, con Carlos a quien le décimos “El Viejo” fue con quién más me llevé y nos seguimos tratando, pues lo considero mi amigo y hace poco es decir en el mes de Junio (2007) tuvimos una pequeña reunión en casa de Agustín Flores, el de “La Cabrita” que hoy se dedica a la venta de artículos deportivos. Originalmente “La Cabrita” fue una talabartería muy famosa, fundada por Don Félix Flores papá del buen amigo Agustín Flores. A propósito de la “Casa Garza” uno de los nietos de Don Manuel, el C.P Guillermo Garza Dávila, me contó no hace mucho una anécdota, que me dice es el origen del nombre de la escopeta “La Garcera” como sigue: Las personas que llegaban a comprar armas, decían déme una “Garcera” pues ése tipo de escopetas solo las vendían en la “Casa Garza” y de allí derivó el nombre de ésas escopetas. Me parece que el nombre se debe a que como usaban cartuchos de varias postas o perdigones, era más fácil y segura para cazar patos y garzas (y algún cristiano) por eso le pusieron el nombre de “Garcera”, pero en fín, es la palabra de mi amigo “Memo” nieto de Don Manuel Garza , y lo mío, solo son suposiciones. Esq. 6ª. Av. Norte y 1ª. Calle Poniente, izq. Primer plano “Casa Henkel” derecha al fondo “La Foto Domínguez” las primeras en su ramo allá por los años 1950. LA FOTO DOMINGUEZ.- En la esquina que forman la 6ª. Av. Norte y 1ª. Calle Poniente y que actualmente se encuentra una Zapatería, estaba el negocio por cierto muy bien acreditado de “La Foto Domínguez” que vendía artículos fotográficos y armas, cuyos propietarios Don José del Carmen Domínguez y su hermano, personas muy estimadas por su don de gentes. LA CASA HENKEL.- Contra esquina de la Foto Domínguez, precisamente en el lugar que ocupa hoy la tienda de departamentos “Salinas y Rocha”, estaba la “Casa Henkel” casa alemana de mucho prestigio y la primera en su ramo de “Ferretería” tanto en Tapachula, como en toda la costa y sierra, cuya clientela principal eran los finqueros cafetaleros y ganaderos, pues los habilitaba de toda clase de aperos de labranza, palas, picos, azadones, machetes, limas, sierras, láminas, alambre de púas, clavos, etc., Esta casa desapareció, fue consumida por un incendio. DAMI-GAS.- En la esquina formada por la Central Poniente y 4ª. FFAv. Sur, instaló las oficinas de la primera Agencia de Gas en Chiapas en Tapachula el Lic. Antonio D’amiano Cajas, quien obtuvo la concesión para la venta de Gas en Chiapas y Oaxaca, siendo la Matriz en Tapachula, desde hace mas de sesenta años. BANCO MERCANTIL DE CHIAPAS, S. A. Frente a Dami-gas, es decir entre central poniente y cuarta norte, existió la Escuela Josefa Ortiz de Domínguez, en una casa de madera y techo de lámina rodeada por un patio amplio, con una barda de mas o menos l.20 mts.,y rejas de fierro con entrada por la 4ª. Av. Norte, posteriormente Funcionó una gasolinera de la Distribuidora Modelo a base tambos de 200 lts. y bombas de reloj. Este local fue adquirido por don Tomás Isasi Aréchaga y en el se construyó el Edificio del Banco Mercantil de Chiapas, S. A. que se constituyó con capitales netamente Tapachultecos. Este banco después se llamó Bancomer, S.A. que a su vez, fue adquirido por capitalistas españoles y actualmente se llama BBVABancomer, S.A. (Me parece que viene la reconquista). CARLOS LAU.- Una casa que fue muy famosa y que se dedicaba a la Compra-venta de abarrotes, cereales y ferretería, fue la casa de Carlos Lau, que se encontraba en la mera salida de Chicharras, pues era la última de la 8ª. Av. Norte, me parece que aún funciona, pero ya no tiene el impacto de antes. Olvidaba decirles que enfrente de Carlos Lau, estaban la casa y establos de Don Trinidad Aceves, pues hasta allí llegaba el pueblo, existe parte de la casa precisamente en la esquina, una casita de adobe que se resiste a morir. FAMILIA FITZNER GUTIERREZ.- De chamaco viví en la esquina que forma la 1ª. Av. Norte y 7ª. Calle Oriente y en consecuencia en ése barrio conocí a mis primeros amigos, de los cuales recuerdo a los Moody, Maldonado, los López, Cristiani, Larrazábal, Vázquez y especialmente a Jorge y Guillermo Fitzner Gutiérrez, pues aunque yó me fui a vivir a otro barrio, nos seguimos viendo en la Escuela Leona Vicario cuando cursamos la “Primaria” ya que ellos iban un año delante de mí. Al terminar la Primaria allá por los años 1942/43 Guillermo se fue de Tapachula y ya no volví a verlo, no así Jorge, con quién nos seguimos tratando y conservamos una muy buena amistad hasta que falleció Q.E.P.D. El (18-II-10) fue uno de esos días felices que recordaré por mucho tiempo, pues tuve una gran alegría, encontrarme con mi amigo de la infancia Guillermo Fitzner Gutiérrez a quien no veía desde hace más de 60 años, fue una sorpresa muy agradable encontrarme con una persona alegre, jovial, que casi había olvidado, recordamos nuestra época de chamacos, cuando en la esquina de Doña Anita Cué de López, que vendía leche, nos juntábamos con los demás amigos ó nos íbamos al parque Miguel Hidalgo a patinar, jugar a los encantados, la rabia, uno dos tres por mí, así como las idas a bañar a la poza del Bejuco y Goteadora que estaban en el río Texcuyuapa. Gracias amigo Guillermo, por este gran gusto que me diste, se confirma que “Recordar es volver a Vivir”.

2 comentarios:

  1. Gracias por tan extenso recuento de lis hechos, eternamente agradecido
    Carlos Gomez Corlay

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  2. Muchas gracias por describir nuestra tapachula , aunque no soy de esa época me transportó e imaginé cada calle en esa época , es tan bello saber de nuestra historia para que nunca se pierda nuestras raíces .

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