20 octubre 2012

TRATADO DE GUADALUPE HIDALGO.

El Tratado de Guadalupe Hidalgo, significó para México la pérdida de 2’263,866 kmts. Cuadrados, el de “La Mesilla” 109,574 kmts. Que hacen un total de: 2’373,440 kmts. cuadrados, que nos arrebataron, y que es más grande que actual territorio de México, que escasamente llega a dos millones de kilómetros cuadrados. Las consecuencias de éstos hechos en los territorios que pasaron a poder de los E.U. fueron ampliamente examinados por Gastón García Cantú en “México en el mediterráneo americano”, ensayo publicado en el No.25 de la “Revista de Ciencias Políticas y Sociales” del mes Julio-Septiembre de 1961. Dice al respecto: Los artículos 8º y 9º del Tratado de Paz con los E.U. firmado el 2 de febrero de 1848, confirmaban la posesión de las propiedades mexicanas en las tierras ocupadas. El artículo 10º suprimido por el gobierno norteamericano, agregaba, sin embargo, un protocolo en el que se aclaraba que dicho gobierno no anulaba, de ninguna manera, las concesiones de terrenos hechas por México en los territorios cedidos. El tratado jamás fue cumplido por los E.U. Cinco años más tarde de haberlo suscrito los dos gobiernos, el periódico Times and Tránscrip, de San Francisco, daba la siguiente noticia publicada en el Siglo XIX,… En el Condado de Calaveras, en virtud de haber algunos ladrones mexicanos, el pueblo se levantó contra toda la población mexicana, quemando todas las casas habitación de los mexicanos, desarmando a todos los vecinos, y expulsando a todos los mexicanos. Ha habido un meeting en Double Springs, en el que se ha acordado el exterminio de la raza mexicana. (Si esto no es odio, yo soy marciano). Francisco Zarco, (1829/1869) a quien no pasaba inadvertido ningún hecho político para México, exigió del gobierno una protesta sin concesiones. Cita lo ocurrido en el Condado de Calaveras y agrega: En Nuevo México el despojo y el destierro en masa y todo genero de excesos fueron hechos notorios cuando los “mormones” se apoderaron del gobierno. Y estos hechos se pueden probar con documentos oficiales, con informes de todas clases y con los mismos periódicos de California… Las noticias en verdad abundan. En 1850 los mexicanos eran vendidos en la Costa Brava de California, empezando los linchamientos, no de negros como más tarde ocurriría en Georgia, sino de mexicanos. El deporte favorito de los Rancheros era cazar hombres. (Actualmente practican nuestros vecinos del norte el mismo deporte, ver La Jornada No.6742 de Jun.5/2003.) El ranchero Joseph Sutton y “Ranch Rescue” seguirán matando mexicanos, pues lo consiente su presidente Bush, que está asesinando a hombres, mujeres y niños en los países árabes y no hay quien lo detenga. La primera de la legislatura de California en 1850. fue aprobar una Ley de impuestos a los mineros extranjeros.(entiéndase mexicanos). Los gambusinos alucinados por el descubrimiento de Sutter, se desbordaron sobre los fundos mineros de mexicanos. Arrasaban los poblados. El desenfreno, en varios sitios, duró semanas. Los sobrevivientes –los niños—fueron esclavizados. De l850 a l890 en la ciudad e Los Ángeles, hubo once linchamientos. El primero en la historia de los Estados Unidos, según Carey Mc. Williams, ocurrió en Downieville, California. Al asesinar una turba a una muchacha mexicana. En 1873 lincharon a varios campesinos en Tucson y a otros más en Bisbee. A Teófilo Trujillo, por implantar en Colorado la cría de ovejas, lo mataron a palos. En Arizona tres pastores mexicanos fueron asesinados, lo mismo hicieron con l,500 trabajadores que tendían la vía en la Southern Railroad Company. Los negros y los mexicanos en Texas, se unieron en su desventura. Los mexicanos fueron expulsados a las aldeas y no podían salir, sin permiso de los barrios en que fueron confinados. En 1878 el secretario de Hacienda de México recibió informes recabados por el gobierno de Washington, sobre los sucesos de El Paso, Texas. El Monitor Republicano, los publicó el 12 de febrero del mismo año. Los testimonios de participantes en los conflictos, narran un conflicto singular; parece terminar un capítulo de la lucha secular por las salinas, que es en parte la historia del norte y noroeste de México. Un grupo de mexicanos con sus mujeres y sus hijos, salían en carretas a proveerse de sal a cien millas de El Paso. Era su comercio con parte del sur de los Estados Unidos y los Estados del Norte de nuestro país. Al paso de las carretas, se confabularon varios políticos con el guardián de las salinas y se enfrentaron a los mexicanos; éstos repelieron la agresión. Dos norteamericanos, enemigos mortales al encontrarse frente a frente dispararon uno contra el otro, muriendo uno de ellos. Los mexicanos, aprovechando la confusión de sus enemigos, los sitiaron. Eran 20 Texas Rangers, organizados por un tal mister Jones. Al causante del atropello lo tuvieron a pan y agua hasta arrancarle, por escrito, el derecho de los mexicanos a las salinas. Más tarde mejor organizados los rangers, los asesinatos de mexicanos serían habituales a lo largo de la frontera con los Estados Unidos. El último linchamiento ocurrió el 4 de noviembre de 1910 en Hot Springs, Texas. Una turba de norteamericanos quemaron vivo a Antonio Rodríguez. El martirio, el acoso y las vejaciones. ----Mas de 100,000 mexicanos habitaban los territorios invadidos en 1848--- provocaron una tenaz resistencia. Joaquín Murrieta ---aún su leyenda de bandido se cuenta en el sur de los Estados Unidos---organizó guerrillas. El indio Estanislao liberó de norteamericanos varias zonas del Valle del Río Grande. Los mexicanos llegaron a cobrar venganza dando muerte al gobernador, general Bent de Nuevo México. La represalia en Taos, fue ahorcar a los supuestos culpables después del sitio a la población por las tropas al mando del coronel Price. Nevada y California, donde la población mexicana era minoría, fueron reconocidos como Estados de la Unión Americana, poco después de 1848. Nuevo México, en cambio, fue reconocido 64 años después. La sociedad de aquellos Estados, consolidada en el asesinato y el saqueo, necesitaba del dominio pleno sobre la población mexicana. Los norteamericanos se aliaron con los latifundistas de orígen español. No pocos casaron a sus hijas con los invasores. Algunos como el locuaz Sr. Vallejo, terrateniente californiano, descendiente de españoles, vino a México en 1878, con su yerno el general John B. Frisbie, recomendado por el Secretario de Estado Norteamericano, Evarts, para persuadir a Porfirio Díaz de que vendiera los territorios del norte del país a los Estados Unidos. Los terratenientes, aliados con los norteamericanos, despojaron a los pueblos de sus tierras; otros, fueron parte de agrupaciones políticas, como el Old Santa Fe Ring, que dominó por el terror a Nuevo México hasta 1912. La clase dominante consideraba, como se afirmó en el Congreso Norteamericano, que la masa del pueblo de México, era una raza hibrida de origen hispano-indio, degradados, desmoralizados y manejados por sacerdotes. La luchaba sin descanso por su vida y sus tierras. Los descendientes de los propietarios de la llamada Tierra Amarilla -49 Mercedes Reales—en Nuevo México, hicieron una breve relación del despojo sufrido: Hacía 1898, llegó a la zona habitada por la familia Martínez, un abogado norteamericano, Catron, (debió haberse llamado Cabrón). Francisco y Juan Martínez, les mostraron los títulos de propiedad de sus tierras; documentos que fueron depositados en una caja fuerte. Tiempo después, la casa en que se guardaban aquellos y otros muchos títulos de propiedad de tierras se incendió. Catron, ya senador por Nuevo México, vendió Tierra Amarilla. --¿qué certificados podían presentar sus propietarios?-- y los nuevos poseedores, asesinando mexicanos, acusándolos de robo, sobornando autoridades, cultivaron los campos en que trabajan hoy, otros mexicanos. Tierra Amarilla, abarca una extensión de 100 kilómetros de largo; varias aldeas. Park View, Rutheron, Vadd, Ensenada, etc. quedaron comprendidos. con las familias, en las últimas propiedades de mexicanos en aquel Estado. El crecimiento del sur de los Estados Unidos se debe en parte a los trabajadores mexicanos: los campos roturados, los caminos y las vías de ferrocarril han sido ---en las tareas más difíciles--- realizadas por los descendientes de los que habitaban los territorios perdidos en 1848 y por la emigración de nuestros campesinos. Desde fines del siglo XIX, los contratistas (coyotes) cruzaban la frontera para reunir grupos de mexicanos y entregarlos a los empresarios. Mc Williams, relata que los mexicanos eran encerrados en almacenes; al amanecer, bajo custodia, caminaban por las calles de la ciudades, ---así los vió en San Antonio—rumbo a los campos cultivados. En el Condado de González, antes de repartirles la tarea, se les encadenaba a unos postes. Nadie podía escapar; guardias con escopetas mataban al que lo intentara. En los más de 150 años, que han transcurrido a partir de 1848, los descendientes de los mexicanos que quedaron atrapados del otro lado de la frontera con los E.U., siguen sufriendo atropellos, vejaciones y discriminaciones. Como dije al principio de las relaciones de México con los E.U., son tan numerosos los agravios hechos a mi patria, que pueden considerarse como una guerra, Una Guerra Infinita. Por lo que baste este pequeño bosquejo, para ilustrar a mis compatriotas sobre la idiosincrasia y el aprecio que nos tienen nuestros queridos vecinos. Cabe recordar lo que dijo Mr. Foster Dolles, cuando era embajador de los E.U. en Guatemala, “Los E.U. no tienen amigos, tenemos negocios” Si queremos que los E.U. y el mundo nos respeten, debemos tratar a los norteamericanos recíprocamente en todo tipo de relaciones con ellos. A nuestros gobernantes, les pido un poquito de dignidad, especialmente a Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, que se vieron y se siguen viendo mal, en su servilismo hacia los E.U. pusilámines, dignos herederos de Antonio López de Santa Ana y Lorenzo de Zavala, prototipos de “vende patrias”. (En el gabinete de Calderón hay un personaje de Apellido Zavala, espero que no sea descendiente de Lorenzo) Dejo hasta aquí este asunto del Tratado de Guadalupe, que es muy extenso, y antes de seguir con las relaciones de E.U. con los demás países de Latinoamérica, voy a anexar unos comentarios, para ver si así muevo la sensibilidad de nuestros gobernantes

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