29 octubre 2012

NICARAGUA.

NICARAGUA.- Tras la invasión napoleónica a España se desató por toda América una ola de movimientos independistas. En el momento de la independencia Nicaragua formó parte de las Provincias Unidas de Centroamérica, emancipándose totalmente en 1838. Todo el siglo XIX en Nicaragua fue una sucesión de rivalidades y conflictos entre liberales y conservadores. Para acabar de complicar las cosas, la posibilidad de construir un canal interoceánico abrió los apetitos de las potencias europeas. En 1848 los ingleses se apoderaron de la ciudad de San Juan del Norte, en la costa atlántica con el fin de controlar la salida al Caribe del rio San Juan y ejrcer un protectorado sobre la Costa de los Miskitos. A mediados del siglo se descubrió oro en California y miles de aventureros se lanzaron en lo que se ha dado en llamar “fiebre del oro”. A diferencia de lo que nos muestran los EE.UU. en las películas del oeste, la mayor parte de los viajeros se dirigía de la Costa Este de los Estados Unidos a la California por mar (no por tierra). La ruta empezaba en Nueva York, de ahí se viajaba a San Juan del Norte (Greytown), se cruzaba el río San Juan, el lago de Nicaragua y el Istmo por San Jorge y se embarcaba hasta San Francisco. Otros viajeros hacían la ruta por un ferrocarril que atravesaba Panamá. La afluencia de viajeros originó la fundación de la llamada Compañía de Transito, propiedad del magnate Cornelius Vanderbilt. Las rivalidades entre conservadores y liberales, y las apetencias de Vanderbilt, junto con la ambición de los aventureros sin escrúpulos propiciaron la invasión filibustera a Nicaragua. En 1855 un aventurero llamado William Walker fue llamado por los liberales de León para participar en su guerra contra los conservadores. Walker llegó a Nicaragua con 56 mercenarios (conocidos como filibusteros que habían actuado contra México) y al poco tiempo se había apoderado del país y se había hecho nombrar Presidente. En el transcurso de la guerra Granada fue arrasada, se instituyó la esclavitud (con la idea de incorporar Nicaragua a los Estados Unidos como un estado esclavista mas) y se declaró el inglés como idioma oficial de Nicaragua. Al llamado de Walker acudieron muchos aventureros y mercenarios, engañados por la perspectiva de un enriquecimiento rápido. Los países de América Central, reaccionaron y en 1857 Walker fue derrotado. Una nueva expedición de Walker en 1860 fracasó y Walker fue ajusticiado por los hondureños. Los ingleses instituyeron un auténtico protectorado en la costa del Pacifico e incluso proclamaron un “Rey Miskito” Sin embargo luego chocaron con los intereses de los norteamericanos que organizaron en 1909 una trama para derrocarlo. Los marines norteamericanos invadieron el país y en los años siguientes la política nicaragüense fue dirigida completamente por el hermano del Norte. Estos marines permanecieron en Nicaragua hasta 1925, pero tras su marcha de nuevo volvieron los conflictos y los marines regresaron en 1927. El conflicto entre conservadores y liberales se cerró en falso cuando el liberal Moncada accedió a firmar en Tipitapa el llamado Pacto del Espino Negro (por el árbol bajo el cual se acordó). En este pacto se aceptaba la presidencia de Adolfo Díaz y se repartían prebendas a los jefes rebeldes. Todos los generales y caudillos rebeldes aceptaron el trato, excepto Augusto César Sandino. Se inició así una cruenta lucha contra las tropas norteamericanas de ocupación. Sandino era un obrero que había estado trabajando en las plantaciones de banano y caña de azúcar en Honduras y Guatemala y en las empresas petrolíferas de México. Con algunos ahorros producto de su trabajo volvió a Nicaragua y compró armas para intervenir en el conflicto interno entre liberales y conservadores. Sandino no acepto nunca el pacto del “Encino Negro” y mantuvo una lucha sin cuartel para liberar a Nicaragua de los marines norteamericanos. Su pequeño ejercito loco, mantuvo en jaque durante varios años a las tropas norteamericanas y finalmente fue necesario que éstas se retiraran y dejaron en su lugar a un cuerpo de policía recién formado (La Guardia Nacional) para que pudiese llegar a un acuerdo. Anastasio Somoza García, jefe de la Guardia Nacional, (asesorado por E.U.) urdió un complot para asesinar a Sandino, y hacerse del poder, (lo cual logró). En 1936 derrocó al presidente Sacasa y se proclamó presidente tras unas elecciones llenas de irregularidades en 1937, con el beneplácito de nuestros hermanos del norte. Comenzaba así un largo período en la triste historia de Nicaragua en el cual la familia Somoza se convertiría en la dinastía que explotó y gobernó el país sin ningún escrúpulo, desde luego que con el amparo de los EE.UU. A partir de 1937, Anastasio Somoza dirigió el país con mano de hierro, reformó la Constitución y se alió con los Estados Unidos, país que apoyo en todo y para todo su régimen dictatorial, Somoza acumuló tierras y riquezas y se hizo de las empresas más productivas del país. Se le atribuye a Somoza una frase célebre cuando le preguntaron acerca de sus muchas fincas y posesiones “Que yo sepa, solo tengo una finca y se llama Nicaragua”. La siguiente es una frase celebre del presidente Roosevelt de E.U. sobre Somoza. “Será un hijo de perra (puta), pero es nuestro hijo de perra”. Somoza murió por efecto de los disparos de Rigoberto López Pérez, un poeta leonés, que se infiltró en septiembre de 1956 en una fiesta en honor de Somoza, en este atentado murió el propio Rigoberto López. El suceso originó una oleada de represiones sin precedentes y muchos opositores fueron detenidos y torturados. El hijo de Anastasio Somoza García, Luis Somoza Debayle, se hizo cargo del poder gracias al control que la familia tenía sobre la Guardia Nacional, único cuerpo armado del país. A la muerte de Luis Somoza en 1967, le sucedió su hermano Anastasio Somoza Debayle (Tachito), tras un breve período con algún presidente títere, Tachito gobernó el país hasta que fue derrocado en 1979. La acumulación de riquezas por parte de la familia continuó sin ningún escrúpulo. Cuando en diciembre de 1972 se produjo el terrible terremoto que destruyó Managua, una parte importante de la ayuda internacional fue desviada a los almacenes de la familia y vendida. En 1962, Carlos Fonseca, Tomás Borge y Silvio Mayorga, fundaron el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) una organización armada que pretendía acabar con la dictadura de los Somoza. Los inicios de la lucha del Frente Sandinista estuvieron plagados de dificultades, pero poco a poco fue logrando implantarse, sobre todo entre jóvenes universitarios y obreros. La oposición a los Somoza fue creciendo en los años 70 y las acciones de los sandinistas cada vez se hicieron mas audaces. En 1974 una fuerza sandinista tomó como rehenes a importantes funcionarios del gobierno, que se habían dado cita en la casa de José María Castillo, un hombre de negocios amigo de Anastasio. Los sandinistas consiguiéron en aquella ocasión que fuesen liberados numerosos prisioneros políticos, a la vez que su causa era difundida por todo el mundo. En 1976 Carlos Fonseca murió en un combate con la Guardia Nacional. El Frente Sandinista se dividió en varias facciones creciendo a la vez el apoyo popular a su causa. En 1978 una fuerza sandinista ocupó el Palacio Nacional de Managua y consiguió la liberación de más presos políticos. Fue en 1979 cuando el FSLN se lanzó a la ofensiva final. De nuevo estalló la insurrección en todo el país, que fue combatida por las tropas de la Guardia Nacional que no dudaron en bombardear a la población civil y asesinar a cualquier sospechoso de apoyar a los sandinistas. Tras varias semanas de intensos combates que causaron numerosas víctimas, Somoza fue derrocado y huyó al extranjero. El 19 de julio de 1979 los sandinistas celebraron por fin, el triunfo de su revolución. Se formó una junta de 5 miembros para administrar el país y Daniel Ortega un comandante sandinista, fue nombrado coordinador. Se anuló la constitución somocista y se inició la obra de reconstrucción del país. Se llevó a cabo una intensa campaña de alfabetización, se nacionalizaron las tierras y propiedades de la familia Somoza, aunque se respetaron otras propiedades y empresas. Se dieron los primeros pasos para mejorar la atención sanitaria y para llevar a cabo una reforma agraria. Muchos nicaragüenses afines a Somoza emigraron a Miami donde constituyeron, junto con exiliados cubanos, un poderoso grupo de influencia en la política norteamericana. Pronto empezaron los problemas. Una parte importante de la Guardia Nacional se refugió en Honduras y Costa Rica, y ayudada y financiada por Estados Unidos, inició una guerra contra el régimen sandinista. En el curso de esta guerra las atrocidades fueron enormes y los recursos dedicados a la misma cada vez mayores. Una ola de solidaridad mundial fue la respuesta a la agresión. Se formaron muchos comités de solidaridad con Nicaragua y los gobiernos europeos desarrollaron importantes proyectos de colaboración con Nicaragua que pugnaba por salir de su atraso. Muchos nicaragüenses fueron enviados a estudiar a universidades extranjeras y brigadas de cooperantes y voluntarios acudían a poner su grano de arena en pro del país. La guerra dificultaba las comunicaciones, consumía recursos ingentes y ocasionaba una gran escasez en el país. El gobierno de los EE.UU. fue condenado por el Tribunal Internacional de La Haya y requerido, sin éxito, para que cesase en su guerra de agresión contra Nicaragua. (Mi negocio es la guerra, nada me importa más) En 1984 los sandinistas vencieron en unas elecciones supervisadas por observadores internacionales y Daniel Ortega fue elegido presidente. La guerra de agresión continuó y en 1985 los Estados Unidos decretaron un embargo comercial contra Nicaragua. Estalló el escándalo Irán-Contras cuando se descubrió que la CIA vendía armas a Irán (contraviniendo el bloqueo decretado por las Naciones Unidas) y con el dinero obtenido apoyaba a la contra nicaragüense. También se descubrió el pago de armas con cocaína y el desvío de armamento supuestamente destinado a otros países, hacía la contra nicaragüense. (La droga también es mi negocio U.S.A.) En relación con los demás países de América Latina, (Centro y Sudamérica) que han sufrido de alguna manera Invasiones y Agresiones por parte de U.S.A., inserto de manera cronológica, varios acontecimientos en forma condensada, ya que me sería imposible dada su magnitud, hacerlo ampliamente. América Latina, nuestra Patria Grande, es receptora de todos los problemas sociales, políticos y culturales que agobian al mundo; pero, el mayor y más grave de los problemas que soporta se llama Estados Unidos de América, en sus actitudes y comportamientos imperiales. (Esto lo vaticinó Don Porfirio Díaz Mori en el caso de México) Estados Unidos de Norteamérica, a partir de la década de los noventa del siglo XX, se ha convertido en la potencia hegemónica, unipolar a escala mundial. En sus ansias imperialistas aspira a dominar el mundo y para ese objeto, ha diseñado una serie de estrategias que en América Latina se concretan en interminables invasiones y agresiones, en inaceptables injerencias de la CIA, DEA y demás servicios de inteligencia que cometen todo tipo de atropellos y crímenes en contra de nuestros pueblos; siempre, con extraordinario cinismo e ironía, en nombre de la libertad, la democracia y defensa de los derechos humanos. Valores manipulados groseramente con el pretexto de proteger los intereses económicos y políticos estadounidenses. Para estos fines Estados Unidos, a través de la CIA, ha intervenido directamente en los procesos electorales y democráticos de América Latina, para lo cual ha desarrollado planes de guerra psicológica en los medios de comunicación social e invertido millones de dólares, y así se opuso al triunfo de Salvador Allende en Chile, de Daniel Ortega en Nicaragua y lo mismo en Brasil, Honduras, El Salvador y Guatemala, solo como ejemplo clásico. Estas son las conclusiones fundamentales a las que llegan numerosos estudios, ensayos, análisis, revistas, medios de comunicación social y obras realizados por diversos centros de documentación, universidades norteamericanas, europeas y latinoamericanas. Intelectuales de todo el mundo, profesores y académicos, politólogos, organizaciones de la sociedad civil de distintas ideologías, e inclusive ex agentes de la CIA. Y personalidades de la administración estadounidense, que inexorablemente critican con dureza las actividades imperiales y, en particular, las operaciones clandestinas y encubiertas desarrolladas por los servicios de inteligencia a las ordenes de la Casa Blanca (Aunque dudo de su sinceridad) y del poder político y económico en todo el mundo especialmente en América Latina, considerada como el patio trasero de los Estados Unidos. En nuestra América Latina han surgido gobiernos que libran duras batallas para rescatar su soberanía, independencia y dignidad. Esos pueblos son Brasil, Venezuela, Bolivia, Argentina, a los que poco a poco se van uniendo otros como, Uruguay, Paraguay, Chile y Panamá. En tanto que gobiernos de la naturaleza de Colombia, Ecuador, México y la casi totalidad de los centroamericanos y del Caribe, mantienen condiciones de sumisión, humillación y desesperanza, porque decidieron alinearse a las órdenes de Washington y desde luego aceptar los dictados e imposiciones del FMI, BID y la tétrica CIA, que han sembrado miseria, desolación y muerte

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