Estados Unidos: la naturaleza de
la bestia
La
escalada de acciones contra la revolución bolivariana emanadas del propio
gobierno de los Estados Unidos, ponen al descubierto la enorme fragilidad de la
paz en el mundo, toda vez
que esta
potencia imperial se auto otorga la potestad de destruir países enteros y
arrasar con sus pueblos en nombre de su seguridad nacional. La actitud
belicista, además de cínica pone de manifiesto el desprecio profundo que
guardan las clases dominantes de las potencias capitalistas contra el resto de
pueblos en el planeta incluyendo los propios.
¡Tengo
sed de Sangre!
Necesitamos
otra guerrita, contra países indefenso.
La
desfachatez con asumen un pragmatismo que los pone en el plano de la barbarie,
solo revela la naturaleza misma del sistema que utiliza su monopolio sobre el
uso de la violencia, para cometer los crímenes más atroces contra la humanidad,
en un escenario donde no existe el bien o el mal, solamente la preminencia de
los intereses imperiales o la supervivencia de los pueblos.
Lo que
para muchos analistas pudiera aparecer como un error político de Obama, pasan
por alto que ese gobierno no comete errores, simplemente se ajusta a patrones
determinados por los centros de poder hegemónico, que dictan sus acciones; el
presidente del gobierno gringo no es más que un operador asalariado al servicio
de los planes neocoloniales del señor “mercado” que siendo”libre” adquiere
condición de sujeto, y es dominado por los conglomerados del Capital.
Que
Venezuela sea una amenaza a la seguridad nacional de los Estados Unidos es
absolutamente ridículo, pero a los diseñadores de la politica exterior de
Washington eso no les importa. Para eso tienen sus medios de comunicación, que
de la noche a la mañana, construyen las imágenes más tenebrosas para auditorios
acostumbrados a la “verdad” unidireccional que sale de las pantallas de
televisión en sus casas.
Siguen resistiéndose a entender la
naturaleza de los pueblos
Otra cosa
muy importante es que los “think tanks” solo aprenden parcialmente de sus
experiencias pasadas, que son numerosas y que costaron millones de vidas en los
últimos dos siglos. Desde el planteamiento del destino manifiesto, el imperio
ha emprendido muchas aventuras militares, y, además, provocaron las condiciones
para que se dieran conflictos en zonas donde no existían previamente. Pero
también sufrieron reveses, muy duros, y en general dejaron secuelas perennes de
destrucción, miseria y conflictos en todas partes. Aunque en todo este lapso
cometieron errores, siguen resistiéndose a entender la naturaleza de los
pueblos, y prefieren seguir creyendo en sus prácticas, aun cuando la historia
les dice todos los días que no sigan.
La
amenaza contra Venezuela, luce como una actitud descabellada, pero esto es
verdad solo a nuestra óptica; desde su perspectiva la acción es totalmente
natural. No solo eso, preparan a sus militares haciéndoles creer que cada
invasión que emprenden está relacionada con su patria, y que son defensores de
la democracia. No les basto inventar su guerra permanente contra el terrorismo
(del que son padres en muchos sentidos). La derecha venezolana, evidentemente
analfabeta politica, no entiende que ellos son útiles o no, pero nunca serán
“amigos” de los gringos, y cada día que pasa son más “desechables” por su
manifiesta ineptitud.
A esta
altura, cuando ya el pueblo de Bolívar se prepara intensivamente para la
defensa de la paz que se merece, y cuando el continente comienza a dar muestras
de decisión y firmeza frente a la descarada agresión imperial, los guerreristas
ya han planificado varios escenarios posibles, incluida la intervención militar
directa; estos han planteado ya a sus jefes el elevado costo en vidas, como
quien habla de canicas, y han medido también el impacto que tendrían las
imágenes de sus bajas ante la manipulada opinión publica doméstica.
Algo
claro es que estos señores calculan la capacidad de reacción del resto del
continente, pero también de otras potencias, como Rusia o China; lo que implica
necesariamente que sus estimaciones prevén un conflicto de carácter global,
como un escenario probable. Aquí, la doctrina militar prevaleciente, es que “la
guerra es la continuación de la politica por otros medios”, frase muy repetida
por los oficiales de alto rango de las fuerzas armadas de muchos países
nuestros.
Ahora
bien, sabemos que las condiciones en América Latina no le son favorables al
imperio, ni siquiera para garantizar el éxito de su campaña preliminar (sin
haber llegado a lo militar); por otro lado, los frentes bélicos abiertos por la
administración demócrata son muchos y carentes de los éxitos apetecidos por los
halcones. Esto implicaría la revaloración objetiva, por parte de sus estrategas
del costo que tendría incendiar América Latina.
Es
previsible que lleguen a la conclusión de que es mejor “apretar” el acelerador
en la guerra económica (la que siempre será una antesala al asalto armado),
congelando bienes, y apropiándose ilegalmente de activos del pueblo venezolano
en suelo gringo, e incluso llegar a medidas draconianas como las
adoptadas en el bloqueo contra Cuba por muchos años.
Cercanos
a la Cumbre de Panamá, queda claro para los presidentes de nuestros países
progresistas, que es imposible contar con la sinceridad de este pérfido
adversario, farsante, y cuyos valores son ajenos absolutamente a la vida, a la
convivencia de las sociedades, y por lo tanto que habrá que seguir con el
empeño de abrir tanta oportunidades como sea posible a la paz, y a la
negociación, pero no debe descansarse ni un solo instante en la construccion de
la defensa de la revolución bolivariana, y de todos los procesos emancipadores
en nuestro continente.
La movilización de todo el pueblo es una medida
acertadísima del Presidente Maduro, aquí se juega el destino de América
Latina, el enemigo es vil al extremo. No se pueden predecir fechas ni
horas, pero es una responsabilidad de todos defender lo que tanto ha costado.
Sería
oportuno comenzar con la tarea de pensar, de plantear escenarios posibles,
teniendo en cuenta la naturaleza de la bestia.
No debemos olvidar, que para la defensa de la revolución no estaremos nunca suficientemente preparados, pero podemos ser muy fuertes en la medida que trabajemos juntos.
No debemos olvidar, que para la defensa de la revolución no estaremos nunca suficientemente preparados, pero podemos ser muy fuertes en la medida que trabajemos juntos.
Nunca
antes el imperio se vio más amenazante, será quizá porque sus propias crisis lo
han debilitado tanto que ahora lanza sus garras al aire en búsqueda de una
nueva mutación; no importa la razón, nuestra única misión es estar listos todos
los días que nos restan de vida para defender con los medios que sea necesario
el legado de aquellos que se nos adelantaron, y nos legaron este hermoso
proyecto de Patria Grande.
Pueblos
libres de América Latina, tenemos que unirnos para rechazar a los gringos
asesinos. Son bestias sedientas de sangre. Doscientos años de saqueos y
mentiras, son muchos años. Latinoamericanos residentes en USA haga algo por su
patria, tomen en cuenta que ustedes son millones. ¿Qué tal un día sin
latinos?. Si están fuera de sus patrias,
es por los malos gobiernos que han puesto los gringos. Todo mundo lo sabe,
parece que nos faltan huevos. Piensen hagan algo hay muchas maneras de
protestar, se que no tienen armas como en México, que estamos desarmados por
órdenes de USA., y nuestros gobernantes son “NINIS” que fueron educados en
colegios de USA, les lavaron el cerebro y los pusieron a gobernar México. Lo
anterior quiere decir y me da coraje decirlo que el México que nos dejó Juárez,
ya valió “una pura y dos con sal”. zagar_481@hotmail.com.
Tap-Chis., 15-03-2015.
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